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En el 41.º Milenio, el conocimiento es custodiado con recelo por la orden religiosa del Culto Mechanicus. Este sacerdocio tecnológico es el encargado de mantener en marcha las máquinas del Imperium. Bajo su administración, la ciencia y la innovación han sucumbido al ritual y el dogma. La tecnología del futuro lejano es peligrosa e impredecible, el legado de muchos milenios de conquista por parte de la humanidad. Con los años, el uso de esta tecnología se ha unido a la veneración por las máquinas del Culto Mechanicus, con base en Marte.

El Culto Mechanicus es una fe dentro del Imperium; veneran al Emperador como a un dios, pero tienen una cultura propia. Los seguidores del Culto Mechanicus valoran las máquinas sobre todo lo demás y reniegan de la debilidad de la carne, reemplazando partes de sus cuerpos con mejoras mecanizadas.