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El comienzo de una nueva era. Mercedes no la pasó bien en 2022 y 2023. perdió la hegemonía conquistada en 2014 y Lewis Hamilton no logró una sola victoria en las 44 carreras en que corrió. La única alegría provino del joven George Russell, en San Pablo 2022.
El enojo y la decepción en Mercedes por la dolorosa derrota sufrida por Lewis Hamilton en la última carrera de la temporada 2021 en Abu Dabi, que le quitó su octavo campeonato mundial en una controvertida decisión del director de carreras, Michael Masi, dio paso en 2022 a una frustración más grande: fue la primera temporada en que Hamilton no logró siquiera una victoria en las 22 carreras del año, algo que no sucedía desde su ingreso a la categoría en 2007. Y fue, también, el año en que Red Bull le arrebató a Mercedes el sitio más alto en el podio de constructores. Algunos analistas encontraron el motivo.
Algunos analistas encontraron el motivo del fracaso en la reintroducción del “efecto suelo” en los coches de Fórmula 1, que en el caso de Mercedes —en pos de sacarle el mayor provecho— trajo aparejado un problema que dio dolores de cabeza a los ingenieros de la escudería alemana: el porpoising, un acentuado rebote de los autos en las rectas de los circuitos que era consecuencia de la pérdida de carga aerodinámica y su brusca recuperación a máxima velocidad.
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