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Más cerca de la gloria. La incorporación de Max Verstappen comenzó a dar sus frutos en Red Bull Racing, que estaba próximo a revivir sus años de apogeo. El talento del neerlandés era una invitación a soñar con nuevas épocas exitosas en la F1.
Cada vez más afianzado dentro de la Fórmula 1, Max Verstappen era el hombre fuerte de Red Bull para la temporada 2019. Tras la salida de un histórico como Daniel Ricciardo, su lugar fue ocupado por el joven francés Pierre Gasly, de promisoria campaña desde su arribo a la categoría, de la mano de la Scuderia Toro Rosso.
Sin embargo, la ecuación no salió como se esperaba para la escudería austríaca, que presentaba la motorización de Honda en su RB15. La figura del neerlandés opacó la de su coequiper, que apenas resistió 12 fechas antes de ser reemplazado por Alexander Albon, otro talento emergente surgido de la filial.
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