La barraca

La barraca se publica por primera vez en el año 1898. Antes de escribir La barraca, Blasco Ibáñez había sido herido de muerte tres veces, había participado en mítines y altercados callejeros y había sido condenado en un consejo de guerra celebrado de noche, a la luz de un candil y entre bayonetas, como en un drama romántico, a cuatro años de prisión. En su prólogo a La barraca, escrito más tarde, en 1925, sintetiza el autor la fuente inspiradora de su novela, sin descender al detalle de lo visto y lo inventado: «Era la historia de unos campos forzosamente yermos, que vi muchas veces, siendo niño... el relato de una lucha entre labriegos y propietarios que tuvo por origen un suceso trágico que abundó luego en conflictos y violencias». La imaginación del novelista supo transformar los datos conocidos en obra de arte y La barraca es, en suma, el alegato de la vida dura e injusta que han de soportar los habitantes de la huerta valenciana frente a los propietarios ociosos de la ciudad.