Dos pinturas

El Reino de Caos. La Disformidad es una dimensión de extrañeza sin fin. Dentro de sus límites existen muchas cosas, y algunas adoptan la forma de entidades malévolas y daemons. De estos, algunos en particular han llamado la atención e imaginación de las especies del espacio real y han extendido su influencia más allá de los confines del Immaterium. Entre las corrientes turbulentas del Immaterium fluyen todas las emociones de las especies sensibles del espacio real: su ira, su lujuria, su horror y su deseo de cambio. De estas energías psíquicas surgen seres poderosos, los Dioses del Caos. Estas entidades extrañas surgen de las esperanzas, sueños y pesadillas de las especies que habitan en el espacio real. A menudo temidos como daemons, o incluso adorados como dioses por los mortales, estos antiguos horrores observan envidiosos, viendo toda la galaxia que no es suya y deseando extender su influencia a todos y a todo lo que puedan. Para ellos, la realidad no es más que un juguete con el que jugar y por el que luchar como parte de su Gran Juego.