El monstruo de Florencia: Pánico en la Toscana

Pocas veces se ha visto un odio mayor a lo que representa la mujer y, más específicamente, la maternidad que en este asesino en serie. El conocido como Monstruo de Florencia no solo despreciaba a la mujer en su faceta de persona que, con su sexualidad —y la cercanía e intimidad que esta implica—, amenaza su identidad, sino que despreciaba profundamente también su capacidad de engendrar vida. Con su violencia brutal y sistemática, se encargó de que le temiera toda una nación. Sabemos que, cerca del final de la serie de crímenes, no solo era el deseo sexual que se citaba con la muerte y la humillación de la víctima lo que le motivaba. Llegado a un punto, gozó también del poder que le producía saberse más inteligente que la policía, de que solo él supiera quién era el Monstruo de Florencia.