Umberto Galimberti

En la edad de la técnica, el hombre ha perdido su centralidad. Lo que seguimos considerando como un instrumento a nuestra disposición se ha trans­formado en el entorno en el que nos movemos y vivimos. Pero el nacimiento de este nuevo hori­zonte construido en base a la funcionalidad y a la eficacia ha implicado el ocaso del viejo horizonte de significado, cuyo origen se re montaba a las raíces griegas y judeocristianas de Occidente y sobre el que hemos construido valores e ideas compartidos en los que nos reconocemos. La reflexión de Umberto Galimberti, en las numerosas articulaciones que componen su amplia produc­ción de ensayos, artículos e intervenciones públicas, suena como una vigorosa invitación para afrontar la actualidad con ideas capaces de adaptarse a la prueba de los tiempos. Hoy en día, el malestar es cada vez más cultural que psicológico: hacen falta nuevos instrumentos para nuevos desafíos. Solo así, afirma el filósofo y psicólogo, auténtico maître à penser para tiempos como estos, podremos volver a descubrir la belleza de un futuro que sea una promesa y no solo una angustiosa incógnita.